sábado, 10 de mayo de 2008

Ale, Nino y la lámpara misteriosa

Este es un libro (inconcluso aún) en el que trabajé durante un tiempo.
Mi intención, tanto desde el dibujo como con la historia, era lograr el interés de los chicos en temas relacionados a la ecología y la empatía.



Cerraron sus ojos y comenzaron a imaginar que frotaban la lámpara, y que de ella surgía un gran genio, majestuoso e imponente, que los miraba serio, y que con voz grave les decía:
- Les concederé tres deseos a cada uno.









9-
Ale y Nino abrieron los ojos y sonrieron pensando en todo lo que podrían hacer una vez que el genio concediera sus deseos.
Y finalmente frotaron la lámpara.
Primero fue una vez, pero no pasó nada.
Después la frotaron, dos, tres, cuatro y hasta diez veces más, pero tampoco pasó nada.

10-
Muy desilusionados estaban cuando en ese momento llegó una abuelita, que al verlos con la lámpara dijo:

- ¡Que suerte, encontraron mi lámpara!

A lo que Nino agregó:
- Pero no es mágica.
- Por supuesto que no – dijo la abuelita.
- Pero nosotros creíamos que era mágica – murmuró Ale desilusionada. – Íbamos a hacer muchas cosas buenas con ella.
- Y yo quería llevar agua a los desiertos, salvar los bosques y ayudar a las ballenas – dijo Nino.
- Yo quería ayudar a las ballenas, a los pingüinos y los ríos– agregó Ale.


11-
En ese momento la abuela sonrió y les dijo:

- Para hacer todo lo que desean no necesitan una lámpara maravillosa, pueden hacerlo cuando ustedes quieran, porque la verdadera magia está en ustedes mismos.


12-
En ese momento Ale y Nino se dieron cuenta que podían hacer todo lo que se propusieran, porque ellos ya tenían la magia de su imaginación sin limites.
Y fue así como se fueron corriendo felices a cumplir todos sus deseos.