viernes, 28 de septiembre de 2018

El ser humano no es racional

El ser humano no es una criatura racional.
Como mucho, es un ser que racionaliza (de vez en cuando, y no todos ejercen la práctica).

También podríamos decir de forma extremadamente sintética que "el león es un cazador excepcional", pero esa no es toda su esencia (también es un mamífero, es un felino, es jefe de la manda, es padre de cachorros, etc), pero nada de eso lo describe plenamente (ni mucho menos lo librea del riesgo de extinción).

Decir que "el ser humano es una criatura racional" es apenas un calificativo incompleto, algo muy lejos de ser un elogio como algunos lo entienden.

Esta reflexión (que no es nueva) me vino a cuento de la lectura del libro "La empresa consciente", de Fred Kofman.
He aquí un párrafo:


Elegí como tema de mi especialización la teoría de los juegos. Quería alejarme de las tribulaciones humanas con las que había convivido en mi país.

Prefería tratar con agentes racionales y comprender cómo tomaban decisiones racionales. Fui un estudiante destacado hasta que tomé una decisión que arruinó mi carrera: me casé.

En realidad, la decisión en sí misma no fue el problema, sino la manera en que la tomé. Todavía recuerdo la conversación telefónica que mantuve con mi padre:
—Papá, me voy a casar.
—¿Estás loco?
—Totalmente.
—Debes estarlo para tomar esa decisión.

Si calculamos la relación costo-beneficio, no encontraremos motivos para casarnos, Pero el matrimonio no es cuestión de cálculos, lo que importa es amar.
Entonces descubrí que no podía seguir adhiriendo a las teorías que estudiaba. La hipótesis de la perfecta racionalidad ya no tenía sentido para mí. Comprendí que los seres humanos no somos simples seres racionales capaces de hacer cálculos. Somos seres emotivos y espirituales que deseamos encontrar el significado de la vida. Había pasado siete años trabajando en la teoría de la decisión, pero los arrojé por la ventana cuando me enamoré. Si yo mismo no había utilizado la razón para tomar la decisión más importante de mi vida, ¿cómo podía suponer que otros lo harían?

No hay comentarios: