miércoles, 3 de octubre de 2018

La poderosa fascinación de lo que crees

Tú buscas lo que crees que te hará feliz. Eso que crees, sin embargo, no coincide con lo que otro busca. Podría suceder que tú y aquél anhelaran cosas opuestas, y que llegaran a creer que la felicidad del uno se opone a la del otro.

Ha de estar en la médula de lo que crees, la clave de lo que haces. Tan poderosa es la fascinación de lo que crees, que afirmas su realidad aunque sólo exista en tu cabeza.
Aquello que crees de las cosas, no está en ellas sino en tu paisaje interno. Cuando tú y yo miramos esa flor, podemos coincidir en muchas cosas. Pero cuando dices que ella te dará la felicidad suprema, me dificultas toda comprensión, porque ya no hablas de la flor, sino de lo que crees que ella hará en ti. Hablas de un paisaje interno que tal vez no coincida con el mío. Bastará con que des un paso más, para que trates de imponerme tu paisaje. Mide las consecuencias que se pueden derivar de ese hecho.

Es claro que tu paisaje interno no es sólo lo que crees acerca de las cosas, sino también lo que recuerdas, lo que sientes y lo que imaginas sobre ti y los demás; sobre los hechos, los valores y el mundo en general. Tal vez debamos comprender esto: paisaje externo es lo que percibimos de las cosas; paisaje interno es lo que tamizamos de ellas con el cedazo de nuestro mundo interno. Estos paisajes son uno y constituyen nuestra indisoluble visión de la realidad


Extracto del libro "Humanizar la tierra", de Silo.

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